Ante el aumento de la electromovilidad en el mundo, en nuestro país todavía se vislumbran retos que hay que superar

Desde 2017, la venta de vehículos eléctricos (VE) ha crecido de manera exponencial en todo el mundo. En cinco años aumentaron de uno a 10 millones y, en la actualidad, se estima que existen cerca de 26 millones de autos híbridos y eléctricos en el planeta; y, que para 2030 esta cifra será de 100 millones de unidades, de acuerdo con KPMG.

En México el panorama es diferente, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), entre enero y diciembre de 2023 se vendieron 73 mil 680 vehículos híbridos y eléctricos en México, esto se traduce en un aumento de 44.3% con respecto a 2022, cuando los (VE) llegaron apenas al 0.5%, mientras que el de los autos híbridos fue de 4.7%, con 1.1 millones de carros nuevos en el país, de los cuales sólo cinco mil 600 eran eléctricos, lo que deja al país por debajo de Estados Unidos y Brasil, el mercado más grande de Latinoamérica.

En 2018, México firmó, junto con otros 39 países, la declaración de Driving change together, Katowice Partnership for Electromobility en la COP24, un documento que tiene como objetivo convertir la electromovilidad en un tema principal de la Conferencia de las Partes.

La declaración también promueve el transporte de bajas emisiones, así como la creación de la Asociación para la Electromovilidad para que países, ciudad, industria y organizaciones no gubernamentales se unan a favor.

Sin embargo, nuestro país necesita de diversas estrategias para descarbonizar el transporte, entre ellas están: políticas públicas, suministro energético, homologación y compatibilidad, y condiciones en infraestructura, colaboración intersectorial, garantías por parte de proveedores, un enfoque de circularidad en vehículos eléctricos, desarrollo de capacidades y competencias de la fuerza laboral en materia de sostenibilidad, entre muchas otras, agrega KPMG.

EUROPA A LA VANGUARDIA
El sector automotriz coloca cada año entre 80 y 90 millones de unidades en el mundo.

En Europa, los VE formarán la única opción viable para producirse en 2035. En 11 años, se convertirán en la única opción para los fabricantes europeos, a pesar de que su producción sea más costosa en comparación con los autos de gasolina o diésel. Europa tiene claro el objetivo, para 2035 ya no se podrán vender coches nuevos que cuenten con motores de combustión, tampoco híbridos, sólo podrán adquirirse autos de cero emisiones.

En 2022, el número VE en la Unión Europea incrementó 58% respecto a 2021, de 1.9 millones a 3.1 millones. Los automóviles y las furgonetas generan cerca del 15% de las emisiones de CO2 en Europa, por lo que hubo un endurecimiento de las normas de emisiones de vehículos para poder alcanzar los objetivos climáticos de la región para 2030.

PRODUCCIÓN DE AUTOS ELÉCTRICOS
Aunque las metas son claras y ambiciosas, la producción de autos eléctricos también se enfrenta a diversos desafíos que están redefiniendo a la industria automotriz. No solamente se trata de un cambio de propulsión, la transición hacia la electromovilidad también implica la transformación de la cadena de producción por completo y los materiales, así como la mano de obra calificada, se convierten en uno de los puntos más álgidos.

Las baterías de iones de litio y cobalto son cruciales para la manufactura de los vehículos eléctricos, lo que ha puesto en jaque la sostenibilidad, así como los enfoques éticos sobre la extracción de estas materias primas.

“Fuera de China están extremadamente preocupados por el acceso al litio y cobalto, componentes que son básicos, principales y necesarios para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos. Por otro lado, en China solamente el 28% de estos fabricantes de elementos están preocupados pues este país es el tercer productor a nivel mundial de estos componentes; básicamente de litio está sólo por debajo de Australia y de Chile”, indica Víctor Galván, Gerente Sr. de Asesoría en Cadena de Suministro y Operaciones de KPMG México.

El gigante asiático se posiciona como el mayor productor mundial de VE con 64% de todas las unidades a nivel global, según Statista, seguido de Estados Unidos. México, con el fenómeno del “nearshoring”, se apunta como un serio competidor para la fabricación de coches de carga eléctrica. Un análisis de Directorio Automotriz, indica que durante 2023 se produjeron alrededor 221 mil 970 VE en México, esto significa un incremento del 179% con respecto al 2022. Los modelos JAC E 10X, Ford Mustang Mach-E, Chevrolet Blazer EV, Chevrolet Equinox EV, fueron los más fabricados en las armadoras.

PANORAMA EN MÉXICO
Sin embargo, los retos para la electromovilidad en el territorio nacional son muchos, pese que la industria está creciendo de manera acelerada, destaca Andrei López, quien es fundador de Ce Neutral y Sima energía, quien subraya que México no cuenta con una regulación al respecto ni políticas públicas que incentiven a la transición energética.

“La Cancillería emitió la hoja de ruta para la electrificación de transporte en México, es un esfuerzo de dos años entre una mesa bilateral entre México y Estados Unidos, en donde dicen cómo debe de electrificar el transporte en México; participaron todos los actores, gobiernos, sociedad, marcas que van a participar cuando en México se haga una regulación, ahí se tiene una primera intención de hacia dónde tiene que ir y creo que si bien no existen estas regulaciones, las marcas están tomando ese precedente para saber hacia dónde va el camino, qué arquitectura eléctrica nos conviene en México, cómo tiene que ser este cambio de tecnología, etc.”, añade López.

Además del precio de los automóviles eléctricos, que en el país sigue siendo elevado en comparación con los de combustión, la infraestructura de la carga es otro de los puntos más cruciales. “En años recientes se visualiza un panorama más claro respecto al futuro de las tecnologías eléctricas. Para países como México, el reto fundamental será la expansión de estaciones de recarga, así como el asegurar el suministro y la distribución de energía eléctrica que respalde esta expansión, y no limitar la participación en el mercado de este tipo de tecnologías”, destaca Héctor Romo, Socio Líder de la Oficina Querétaro de KPMG México.

INRAESTRUCTURA
Enrique Álvarez, gerente de la Unidad de Negocios del Programa de Ahorro de Energía del Sector Eléctrico (PAESE) en Comisión Federal de Electricidad (CFE) en México, coincide en que uno de los grandes retos es la infraestructura, ya que en la actualidad el país no cuenta con las suficientes estaciones de carga eléctrica para garantizar que los usuarios pueden circular sin que se vayan a quedar sin el energético correspondiente.

Datos de Statista apuntan a que en México existen aproximadamente dos mil 200 estaciones de carga (electrolineras) para el parque vehicular.

El primer automóvil eléctrico que se comercializó fue hacia finales del siglo XIX; sin embargo, tuvieron que pasar dos siglos para que éstos tuvieran un resurgimiento significativo gracias a los avances tecnológicos que contribuyeron a un mejor funcionamiento y desempeño para cumplir con su objetivo de reducir las emisiones contaminantes.